MARIA ZAMBRANO, SOCRATES Y NOSOTROS

Como ya hemos comentado, Maria Zambrano vivió un período complicado de la Historia de España, un auténtico mundo en crisis, y alcanzó 
 
su madurez durante la Guerra Civil española. Allí se manifestó como una pensadora comprometida. 



En este momento de crisis, ella supo volver su atención a los clásicos y a la vieja sabiduría de los filósofos griegos.


Por  ello hemos estado investigando a Socrates y sorprendidos hemos descubiero que tenia una gran "inteligencia emocional", y nos ha enseñado a través del diálogo unas "habilidades sociales" fundamentales sobre "LAS CRITICAS".

Las habilidades sociales son un grupo de conductas, las cuales son necesarias para permitirnos interactuar y relacionarnos de buena forma con los demás, de una manera efectiva y satisfactoria.

LA CRÍTICA es un mal de nuestra sociedad.  Todos  podemos contar infinidad de situaciones en los que nos hemos sentido “agredidos” de algún modo por críticas realizadas  hacia nosotros; en ocasiones porque eran burdas mentiras y en otras porque, reconociendo que eran ciertas, nos ha parecido injusto que alguien airee nuestros trapos sucios.


Solemos dar  consejos relacionados con "ignorarlas" o "afrontarlas de cara". Sin embargo, pocas veces se habla sobre qué debería hacer yo cuando me dispongo a criticar sobre alguien o se dirigen a mí con alguna crítica sobre otra persona.
Sobre este segundo enfoque se cuenta una historia que se atribuye a Sócrates.
Un día, uno de sus discípulos vino a comentarle sobre algo que había oído que había hecho otro de los discípulos de este gran maestro, a lo que Sócrates, antes de dejarle continuar con su relato, le preguntó:

– Espera, antes de continuar me gustaría que viéramos si lo que me vas a contar pasa la prueba de los tres filtros, ¿te parece?
– Claro –contestó el discípulo.
– Bien, el primer filtro es el de la verdad. ¿Sabes si lo que me vas a contar es completamente cierto? –continuó Sócrates.
– Bueno, cierto, cierto… me acabo de enterar y…
– O sea, que no sabes si es cierto… Aún así vayamos ahora a ver el segundo filtro: el de la bondad –dijo Sócrates en tono calmado- ¿Sabes si lo que me vas a contar va a ser bueno para él?
El discípulo, con sinceridad contestó sin dudar –Obviamente, bueno para él dudo que lo vaya a ser.
– De acuerdo, o sea que tampoco va a ser bueno; pero aún nos queda el tercer filtro: el de la utilidad –continuó Sócrates -¿Me va a ser útil lo que me vas a decir? 
– La verdad, creo que muy útil para ti no creo que tenga porqué serlo –volvió a decir el discípulo.
Entonces, si no es cierto ni bueno ni útil, ¿cuál es el motivo por el que debacontármelo? –concluyó Sócrates.

Espectacular la investigación, explicación y creatividad de nuestro alumno de 3º de Pimaria 


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